Uno de los momentos más desagradables que podemos experimentar como pilotos es cuando detectamos un pinchazo en la moto. Al contrario de lo que ocurre con un coche, no tendremos ni tan siquiera unos metros para llegar a algún sitio en el que nos puedan echar una mano ya que en moto resulta casi imposible rodar con una rueda pinchada.